Sí, hay otros olores que apestan la ciudad y el país. Olores nauseabundos no procedentes de animales de compañía, sino de humanos: sus orines, sus vómitos, sus defecaciones, y más aún... sus estúpidas ideas.
Resulta que hay cacas andantes que se quejan de no sé qué olores para disfrazar su propia peste. Y para ello se quejan abiertamente, se tiran un pedo y acusan al otro en el ascensor. Esa gente realmente huele mal, y para muestra, una boñiga.
Mantengamos limpia la ciudad y el país. No repitamos la peste que acabamos de superar.
viernes, 5 de septiembre de 2008
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