viernes, 7 de noviembre de 2008

Madrid: pises vs. colonia

Cuando era pequeño, solíamos ir a la playa gran parte de la familia. Recuerdo que me llamaba la atención lo salada que estaba el agua, supongo porque tragaba agua (aún soy derrotado por el líquido elemento). Así que le propuse un día a mi madre traer azúcar para contrarrestar el efecto salado del mar. Tiramos un poquito de azúcar, y en ese pequeño círculo me bañé.
Ahora recuerdo esa escena, y pienso, con la misma ingenuidad, en esparcir colonia por las calles céntricas de la capital para poder caminar sobre ellas sin tener que aguantar la respiración. Pero tengo una duda, ¿qué marca de perfume derramo sobre los pises?, ¿habrá que cambiar de fragancia según sean pises de humanos o de perros?, ¿cada calle debería tener su propio olor?, ¿correrá Alberto con los gastos?.
En fin, ahora recuerdo que no se notó el vasito de azúcar en el mar. Pero claro, hay más oceános que pises en las calles de Madrid, ¿o no?

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